La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel (lo que significa "de por vida") y bastante común que tiende a seguir un curso de erupciones (conocidas como exacerbaciones: períodos en que los síntomas son graves) y períodos de remisión (donde los síntomas son moderados o inexistentes). La psoriasis se presenta con mayor frecuencia como parches de la piel muy enrojecida o de color blanco. Los síntomas pueden aparecer a cualquier edad, pero son más frecuentes en las etapas primeras de la vida adulta o en etapas posteriores, entorno a los 50-60 años de edad.
Psoriasis – signos y síntomas
Los parches de piel afectada por la psoriasis son biológicamente distintos de los de la clásica piel seca (que también se denomina xerosis) y se clasifican como eritroescamosos, lo que significa que participan tanto los vasos de la piel como las capas más profundas de la epidermis. La psoriasis viene causada por un defecto en el crecimiento celular. Un factor subyacente en la predisposición genética. Otros factores responsables son:
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la piel a parches.
Una mayor tasa de renovación de los queratinocitos (el tipo de células predominantes de la piel).
Una alteración en el proceso de descamación (la descamación se refiere al proceso natural por el cual se desecha la capa más externa de la piel).
Tipos de psoriasis
Las lesiones rojas, elevadas e inflamadas son características de la psoriasis en placas.La psoriasis aparece en diferentes formas y con diferentes características.
La psoriasis de placas (la psoriasis común) es la forma más frecuente de esta enfermedad, suponiendo en torno al 80% de los casos. Aparece como lesiones de color rojo que suelen estar elevadas respecto del resto de la piel por su inflamación. También pueden estar recubiertas por una capa de piel escamosa. Estas lesiones se suelen encontrar en codos y rodillas, en el cuero cabelludo o en la espalda lumbar.
La psoriasis gutata se caracteriza por "lesiones en gota": puntos pequeños y coloreados que aparecen en el cuerpo o en las extremidades. Normalmente no están elevadas como ocurre en las lesiones de la psoriasis de placas. La psoriasis gutata se presenta por primera vez en la infancia o en los primeros años de la edad adulta y a menudo desaparece de repente.
La psoriasis inversa aparece como lesiones de color rojo brillante que son lisas y brillantes. Se encuentra principalmente en los lugares donde la piel forma pliegues, zonas blandas como las axilas y otras como las inglés, bajo las mamas o bajo las nalgas, También hay zonas donde la piel puede irritarse por fricción y/o sudoración.
La psoriasis pustular se observa predominantemente en adultos y está caracterizada por ampollas de pus (no infecciosas). Estas ampollas pueden estar rodeadas de piel enrojecida, y pueden ser de localización reducida o extensa.
La psoriasis eritrodérmica es de naturaleza principalmente inflamatoria y, por lo tanto, con frecuencia afecta a la mayor parte de la superficie del cuerpo. Enrojecimiento generalizado de la piel que da como resultado el desprendimiento de grandes láminas que causa dolor y molestias graves.
Causa de la psoriasis
La psoriasis puede ser transmitida de padres a hijos.Evitar el estrés. Puede desencadenar los síntomas de la psoriasis.
Genética Los estudios indican que, en la mayoría de los casos, la psoriasis se hereda, ya que la incidencia de la psoriasis es más elevada entre los parientes de los individuos afectados. Se cree que ciertos genes heredados pueden estar ligados a la psoriasis, pero aún no se sabe exactamente por qué se produce esto.
Infecciones Las infecciones a menudo participan en la aparición de los síntomas de la psoriasis. Las bacterias, en particular los estreptococos, son los patógenos más frecuentes en relación con esta enfermedad, y están vinculados a la psoriasis gutata. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), aunque no es causa directa de la psoriasis, se sabe que aumenta la probabilidad de que aparezcan casos de psoriasis más graves donde ya existe la enfermedad.
Estrés El estrés fisiológico puede empeorar la enfermedad y, en algunos casos, puede ser suficiente para desencadenarla.
Medicación Algunas medicaciones, en particular el litio, los medicamentos contra la malaria y para la tensión sanguínea alta, pueden desencadenar la psoriasis. Los síntomas de psoriasis pueden también "rebotar" cuando se detiene repentinamente la medicación para la psoriasis. En estos casos, los síntomas pueden ser severos a menudo.
Opciones terapéuticas tópicas
Los tratamientos tópicos más comunes de la psoriasis son las cremas o lociones que contienen corticosteroides o agentes queratinolíticos. Los productos hidratantes y emolientes se usan como cuidado complementario y son beneficiosos durante la remisión y durante la fase de erupciones de la psoriasis.
Los tratamientos tópicos y los agentes queratolíticos son esenciales para el tratamiento de la psoriasis. Potencian la eficacia de cualquier tratamiento con fármacos sistémicos. Durante la fase inicial queratolítica (el nombre que se da a la fase cuando comienzan a formarse las placas de la psoriasis). Los agentes queratolíticos son más beneficiosos debido a sus propiedades exfoliantes. Ayudan a reducir las escamas de la psoriasis ya que exfolian una cantidad de piel excesiva. Estos agentes se pueden utilizar junto con hidratantes y emolientes. Los corticosteroides tópicos son efectivos en todo momento, pero no se deben utilizar de manera continua durante largos períodos, por lo que los médicos suelen reservarlos para fases eruptivas. Estos corticosteroides tópicos tienen propiedades antiinflamatorias, reduciendo tanto la velocidad a la que se forman los parches como la irritación dérmica consiguiente. A menudo se usan corticosteroides tópicos de fuerza moderada para la psoriasis en la cara, los genitales y las zonas que exigen flexión o estiramiento. Suelen utilizarse junto con emolientes e hidratantes.
Utilice productos para el cuidado de la piel que se hayan formulado específicamente para la piel seca con psoriasis y estén probados clínicamente. Los hidratantes más avanzados contienen principios activos que incrementan la hidratación.
Los emolientes se usan para suavizar la piel seca y rugosa del estrato córneo y reducir la descamación. Los emolientes de uso más común en la dermatología actúan creando una película oclusora que reduce la evaporación del agua y ayuda a mantener hidratada la superficie de la piel.
Los hidratantes son emolientes enriquecidos en factores hidratantes naturales (NMFs). Estos factores también aumentan la hidratación de la piel en el estrato córneo, ya que atraen el agua y la retienen. Los hidratantes más avanzados también contienen ceramida, que fortalece la barrera protectora de la piel.
El uso habitual de hidratantes es importante y se debe continuar, tanto durante las erupciones como durante los períodos de remisión.
Las cremas y ungüentos más espesos y oclusivos tienden a ser más efectivos que las lociones más ligeras.