Nuestra propia genética, la edad y las hormonas también pueden afectar al pH de la piel.
El pH de la piel del hombre y el de la piel de la mujer difieren ligeramente. El pH promedio de la piel masculina es inferior debido a que produce más sebo.
Durante las primeras semanas de vida, la piel del bebé tiene un pH más elevado, comprendido entre 6,5 y 5,5, ya que su manto ácido protector todavía no está completamente formado. Para más información, consulte: la piel del bebé y del niño. Con los cambios hormonales que se producen en posteriores fases de la vida, por ejemplo, durante la pubertad, el embarazo y la menopausia, el nivel de pH de la piel también puede verse alterado. Para más información, consulte: la piel en las diferentes edades.
Podemos potenciar el pH óptimo de la piel con cuidado y un estilo de vida sano, hábitos diarios de cuidado de la piel y productos que respeten su pH natural y mantengan su barrera protectora. Para más información, consulte: los hábitos diarios de cuidado de la cara y hábitos para el cuidado de la piel corporal.
Busca productos médicos provistos de ingredientes que restauren el pH natural de la piel y potencien la regeneración de ésta. También es aconsejable tratar determinadas áreas del cuerpo (por ejemplo las manos, las axilas y las zonas íntimas) con productos que estén formulados para respetar su pH natural.