Los antitranspirantes son especialmente eficaces para minimizar la sudoración excesiva en las axilas a través de su componente principal (a base de sales de aluminio), siendo también la primera medida que recomiendan habitualmente los dermatólogos, dado que es un modo más bien "cosmético" y no invasivo de mantener a raya la sudoración.
Los
antitranspirantes contienen sales de aluminio, como el Clorhidrato de aluminio (AHC) o el Cloruro de aluminio (AC), como sustancias activas. Actúan sobre las glándulas sudoríparas ecrinas y apocrinas ocluyendo, de modo parcial y reversible, el conducto de la glándula y reduciendo de este modo la cantidad de sudor producida. Esta oclusión es inocua. Dado que se produce menos sudor, hay menos humedad y perceptiblemente menos olor. Los antitranspirantes están disponbles en sprays o
roll-ons, incluso pequeñas cantidades de antitranspirante pueden marcar una enorme diferencia en la cantidad de sudor producida.